Cuando los videoclubs dominaban la Tierra
Pese a sus innegables pros y contras, lo cierto es que el alquiler de videojuegos en videoclubs gozó de una verdadera época dorada. Esto fue durante los años noventa y comienzos del nuevo siglo. Luego llegó el auge de internet, la piratería masiva, las descargas ilegales, etc. Y, como no podía ser de otro modo, aquel negocio de alquiler terminó por venirse estrepitosamente abajo.
Los videoclubs solían tener sus estanterías completas con productos para los diferentes tipos de consolas existentes en el mercado. Las más en boga eran por aquel entonces la Playstation, la Nintendo, la Game Boy o la Sega Megadrive, entre otras consolas de menor preferencia.
Han pasado casi dos décadas, pero a veces resulta inevitable mirar hacia atrás y rememorar con cierta nostalgia aquel periodo en que era habitual pasarse por el videoclub y alquilar para el fin de semana el videojuego preferido. Este sistema tenía, sin duda, sus pros y contras. Quizá lo peor fuera la dificultad que con frecuencia existía para hallar los videojuegos más demandados, y no precisamente porque hubiese pocas unidades de los mismos, sino más bien porque algunos clientes le echaban bastante cara y, con excusas que a menudo rayaban el sarcasmo, acostumbraban a demorarse en exceso a la hora de devolverlos.
En todo caso, con sarcasmo o sin él, la nostalgia se apodera de uno cuando recuerda cómo apalabraba un juego tras otro con el “amiguete” encargado de la tienda. Eran desde luego otros tiempos, cuando los videoclubs dominaban la Tierra.